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jueves, 17 de octubre de 2013

Leyenda del Rey Arturo, 3ª parte

Hola!!! ¿Qué tal lleváis la semana? Ya deseando que termine, seguro. Mientras tanto aquí os dejo la continuación de la leyenda del Rey Arturo, a quien en el post anterior ya aceptaban como rey.

La coronación fue por Pentecostés en Caerlion. Acudieron reyes, entre los cuales se encontraba Lot, todos acompañados de un gran número de caballeros. Estos reyes tenían la intención de matar a Arturo ya que no tenían intención de rendir pleitesía a un muchacho de quince años y cuya ascendencia ellos consideraban dudosa. Cuando se les descubrió, Arturo se encerró en una torre con quinientos caballeros, donde los asediaron sus enemigos. Merlín, durante el asedio, se presentó ante estos reyes y les contó la verdad sobre el origen de Arturo, así, aunque seguían sin reconocerle como rey, concedieron entrevistarse con él, pero en la entrevista no se alcanzó ningún acuerdo, así pues, Arturo volvió a la fortaleza. Pero no se quedaría allí para siempre, cuando los reyes atacaron la torre de nuevo, Arturo salió con sus hombres. Antes de la batalla, Merlín había aconsejado a Arturo que no desenvainara su espada si no era necesario, pero cuando su caballo fue derribado, el rey Lot atacó a Arturo y éste desenvainó su espada que brillaba con la luz de treinta antorchas. La gente corriente se sumó a las tropas del joven rey y fue esto, junto con la espada, lo que hizo que los atacantes fueran rechazados.

Arturo cambió de emplazamiento, aunque Merlín le advirtió que sus enemigos le seguirían allí donde fuese, por lo que le convenía pedir ayuda a los reyes de Francia, el rey Ban de Benwick y el rey Bors de Gaul, prometiéndoles que les ayudaría contra su enemigo el rey Claudas.

Los reyes rebeldes de Caerlion juraron no rendir pleitesía a Arturo y se propusieron juntar un ejército de cincuenta mil hombres a caballo y diez mil a pie. Pero algunos de sus mensajeros fueron capturados y revelaron los propósitos de sus jefes. Así pues los reyes franceses decidieron quemar las tierras por donde pasarían las tropas enemigas.

Arturo, aconsejado siempre por Merlín, atacó las tropas enemigas a medianoche, librándose una batalla en la que morirían diez mil hombres.

Al día siguiente, cuando los reyes rebeldes y sus tropas fueron empujados al otro lado de un pequeño río, Merlín se acercó a Arturo y le dijo que debían retirarse de la batalla o su fortuna iría a peor, que debía retirarse por tres años para preservar a sus hombres y que Ban y Bors pudieran ocuparse de sus asuntos. También le dijo que no debía preocuparse por los reyes rebeldes ya que mientras estaban librando esta batalla otros enemigos habían ocupado sus tierras y debían defenderlas contra ellos.

Así Arturo regresó a su castillo de Bedegraine, donde conoció a la hija del conde Sanan, Lionors, con quien más tarde tuvo un hijo llamado Borre, que llegó a ser Caballero de la Tabla Redonda.

Pero llegó a oídos de Arturo que el rey Rience del Norte de Gales había atacado a un gran amigo suyo, Leodegrance de Cameliard, por lo que junto con Ban y Bors fueron con veinte mil hombres y le derrotaron. Leodegrance, para agradecérselo los invitó a una gran fiesta donde Arturo vio por primera vez a Ginebra, hija del rey.

En ese momento los reyes rebeldes se estaban apenando por haber estado luchando contra Arturo y no poder pedirle ahora ayuda para recuperar sus tierras. Como consecuencia, planearon vengarse de él en tres años por la derrota de Bedegraine.

¿Queréis saber cómo continúa la leyenda? ¡¡No os perdáis el post del jueves que viene!!

Vero :)